LA CERO LABRANZA, La respuesta a muchos problemas de sustentabilidad de la agricultura es la cobertura permanente del suelo y la no labranza para aumentar los niveles de materia orgánica del suelo. Los rastrojos, los cultivos de cobertura, así como la rotación de cultivos son parte del sistema.
Al cambiar de un sistema convencional de labranza del suelo al sistema de cero labranza se debe cambiar todo el sistema de una vez. Se requieren conocimientos sobre todos los componentes del sistema para tener éxito.
La observación de que en los primero años hay reducción de rendimientos en cero labranza está asociada al desconocimiento que se tiene de la agronomía de la cero labranza. Iniciar el sistema sin los conocimientos necesarios tiene alto riesgo de fracaso.
Cuando el sistema se encuentre en su inicio y haya poca experiencia en una región determinada, es necesario realizar una etapa de investigación y desarrollo para evitar el fracaso del sistema.
LABRANZA CERO
Son muchos los beneficios resultantes de la creación y el mantenimiento de
un suelo sano. Se prevé que la demanda global de alimentos se duplique para el
2050 y mucha más gente querrá comer carne. La energía alimenticia presente en
la carne vacuna, por ejemplo, requiere hasta ocho veces más tierra de cultivo
que una dieta vegetariana equivalente. Por lo tanto, más que nunca, la presión
se centra en el aumento de la productividad agrícola y el uso inteligente de la
tierra. La protección del suelo es esencial para la producción agrícola
sustentable.
El control de malas hierbas es un tema fundamental en la labranza cero
porque las malas hierbas no están enterradas como cuando se aran los campos. Si
bien se utilizan diversas prácticas de control de malas hierbas en la labranza
cero, entre estas el uso de cultivos de cobertura, los herbicidas no selectivos
como el paraquat desempeñan un papel importante en un enfoque integrado de
manejo de malas hierbas.
Sistemas de labranza de conservación
El lugar que ocupa la labranza cero entre los demás sistemas de labranza
se muestra en la Tabla 1. El tipo y la condición del suelo con frecuencia
determinan si se puede adoptar rápidamente la labranza cero. Sin embargo, con
preparación y compromiso (por ejemplo mediante el control de malas hierbas
problemáticas o el drenaje adecuado) el sistema se puede utilizar con éxito en
una amplia variedad de situaciones. Los objetivos clave de todos los sistemas
de labranza de conservación son minimizar el número de pasadas por el campo y
maximizar la cantidad y la duración de una cubierta vegetal del suelo.
Tabla 1. Definiciones de labranza cero y otros
sistemas de labranza de conservación.
Sistema
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Labranzas
|
Ancho
|
Cubierta de residuos vegetales
|
Convencional
|
Arado, inversión del suelo u otras
labranzas profundas con varias pasadas
|
Completo
|
Menos del 15%
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Labranza cero (siembra directa)
|
Ninguno
|
Ninguno
|
Más del 30%
|
Labranza reducida(mínima)
|
Labranzas superficiales por ejemplo
con discos u horquillas
|
Completo
|
15 – 30%
|
Labranza por franjas
|
Perturbación superficial del suelo al plantar la
semilla en surcos
|
Franjas de hasta 1/3 del ancho del surco
|
Más del 30%
|
Fuente: Conservation Technology
Information Center
Adopción de los sistemas de labranza cero
Los índices más rápidos de adopción se han dado en América del Sur,
donde en algunas regiones más del 70% de los campos nunca se labran. Durante
los últimos 20 años, se ha estimado que los índices mundiales de adopción han
crecido en aproximadamente 6 millones de hectáreas por año.
Las principales barreras para la
adopción son:
- Falta de conocimiento
- Preferencias culturales por los métodos
tradicionales
- Falta de maquinaria adecuada
- Problemas con el control de las malas hierbas
Las estimaciones más recientes ubican a
la superficie mundial de tierra cultivada con labranza cero en aproximadamente
120 millones de ha. Los principales países son EE.UU. Brasil, Argentina,
Canadá, Australia y Paraguay. La superficie en Asia donde se practica la
labranza cero, principalmente en pequeñas explotaciones agrícolas de unas pocas
hectáreas o menos, es mucho mayor que en Europa. En África, la superficie con
labranza cero sigue siendo muy pequeña.
En los EE.UU. en 2009 se creía que la
superficie con labranza cero era de 88 millones de ha (35 millones de acres).
Esta cifra comprende el 50% de todos los cultivos de soja, 30% de los de maíz,
24% de los de algodón y 16% de los de arroz.7
El Proyecto de Ley para la Agricultura
y la Energía de los EE.UU. del año 2007 (2007 Farm Bill Theme
Paper) estableció:
“Existe una significativa oportunidad
para obtener ganancias económicas y ambientales inmediatas a través de
actividades que fomenten la conservación de la energía ... Entre las medidas se
incluye: la duplicación de las hectáreas con labranza cero (de 25 a 50 millones
de hectáreas), lo cual ahorraría 821 millones de litros (217 millones de
galones) de gasoil (combustible diesel) y $500 millones por año; …”
Razones por las que debes conservar la tierra sin
labrar
Conservación
del nitrógeno del suelo
Como ya
dijimos, hay varias formas de fijar nitrógeno, y no sólo lo realizan algunos
microorganismos. La atmósfera, a través de la lluvia,
por ejemplo, también consigue fijar nitrógeno.
Al arar
el suelo, se produce su volatilización, y en consecuencia, la pérdida a la
atmósfera. Esto reduce la cantidad de nitrógeno disponible por las plantas una
vez se inicia su plantación. Por ello, las plantas recurren a la materia orgánica, lo que supone su disminución en el
suelo de forma progresiva.
Ahorro
de mano de obra y combustible
Indudablemente
esta es una razón de peso para las grandes explotaciones y
los empresarios que se dedican al mundo de la agricultura. Se está ahorrando el
paso de tractores para labrar el suelo y para abonarlo inicialmente, además del
jornal que habrá que pagar al conductor y el tiempo que se necesita para
realizar dicha operación.
Aunque
parezca mentira, todas las variables que intervienen en el uso de la maquinaria
agrícola están muy estudiadas. Desde la velocidad de ejecución, el peso, el
tiempo de vuelta, el resbalamiento del tractor, su potencia, etc. Son muchísimas
hectáreas y la elección de un sistema u otro supone un ahorro considerable.
Sin
embargo, eso no quiere decir que bajo la labranza cero no se utilice maquinaria
agrícola. Con esto nos estaríamos ahorrando cerca del 80 % del pase de maquinaria, pero habrá que
utilizarla para recolectar (en algunos casos), aplicar productos como abonos o
productos químicos.
Conservación
de la estructura del suelo
No hay duda. Si la tierra tiene una buena
estructura, ¿por qué modificarla? También se puede aplicar el viejo dicho de
“más vale malo conocido que bueno por conocer”, aunque tampoco estaríamos del
todo de acuerdo.
Si con la labranza cero obtienes buenos rendimientos,
perfecto. No hay nada que decir. Pero si el suelo tiene problemas de drenaje,
la estructura no es buena o no hay buenos niveles de materia orgánica, sí que
se ha de plantear realizar una modificación de todas estas propiedades,
mediante el arado.
Si se hace bien, esta “nueva” composición de la
tierra durará muchos años y se podrá volver a la labranza mínima.
CONCLUSIONES
v Hay suficiente evidencia para señalar que los
retornos económicos son mayores en cero labranza que en labranza tradicional.
v El éxito de la tecnología de cero labranza en
el manejo depende del conocimiento y la información, que son la principal
limitación a la adopción de la cero labranza en la mayoría de los países.v El primer paso antes de cambiar el sistema de
producción e iniciar la cero labranza debería ser que los agricultores,
investigadores, técnicos y extensionistas desarrollen la agronomía local y
mejoren sus conocimientos sobre todos los aspectos del sistema.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.